Lo primero que hay que tener en cuenta es que el protagonista del método Montessori siempre va a ser el niño. Durante todo el proceso deberemos de observar al niño y seguirlo en sus actividades, ya que al realizar esta observación nos percataremos de las necesidades, intereses y dificultades que puede tener. Hay que prestar especial atención también a sus intereses y actitudes respecto al material. ¿Qué le llama más la atención? ¿Con qué pasa más el tiempo? ¿Qué objetos le resultan más dificultosos?
En segundo lugar, debes confiar en el niño y ser paciente ya que cada pequeño tiene un ritmo evolutivo diferente, pero dispone de muchas más capacidades de lo que nos podemos llegar a imaginar. Debemos intentar que tenga autonomía dejándole libertad de moverse, tocar y utilizar los objetos, ser capaz de corregirse a sí mismo etc. Todo ello no quita que no haya que vigilarlo constantemente; mediante esa observación que vamos a realizar, y también atender a sus necesidades emocionales.
Todo esto va a requerir mucho tiempo y paciencia por parte de los padres o profesores ya que el proceso puede que sea lento. Como hemos recalcado aquí lo importante es el método objetivo, es decir, el desarrollo y bienestar del niño.
Otra parte fundamental es la relación del niño con el ambiente. El ambiente que vamos a crear tiene una gran importancia ya que, según Maria Montessori, los infantes se desarrollan en un entorno en el que los niños se educan a sí mismos. En este periodo los niños desarrollan la mente absorbente, es decir, los pequeños entre 0 y 6 años van absorber todo lo que hay en el entorno que los rodea. Por ello es fundamental que todo lo que hemos comentado: que el lugar sea amplio, abierto, luminoso, cálido y ordenado.
MONTESSORI EN CASA POR ESTANCIAS
En una casa el punto de partida sería el dormitorio del infante o el rincón de juegos, el cual podremos ir poco a poco adaptándolo a las necesidades, medidas e intereses del pequeño. Se podría empezar por poner una cama a la altura del niño. También sería muy útil añadir unas estanterías que sean accesibles para que el niño pueda llegar a ellas sin problema.
Cocina
En este espacio podríamos introducir una mesa bajita para que el niño pueda elaborar y manipular diferentes comidas, como, por ejemplo, pelar ajos, cortar zanahorias. Este mueble es muy recomendable para la motricidad fina del menor. También podríamos dispones de una torre de aprendizaje, la cual resultará de gran utilidad para que el niño alcance objetos y pueda estar la altura de los muebles de su alrededor. También estaría bien que los utensilios de los que dispusiera fueran adecuados a su tamaño y habilidades.
Baño
En este caso, sería bastante recomendable que el pequeño tuviese su propio espacio donde pueda lavarse solo las manos, la cara y los dientes con facilidad. En algunos casos, cuando el niño todavía es pequeño se adapta el bidé a esas necesidades, y cuando ya crece se coloca una pequeña escalera para que él mismo se pueda subir, y colocar un extensible de grifo para que el agua salga más cerca. También podría tener un pequeño mobiliario a su disposición con los elementos que fuera a necesitar: cepillo de dientes, pasta de dientes, toallas etc. Sino también podríamos disponer de la torre de aprendizaje para alcanzar el lavabo u otros objetos.
Salón
Podemos colocar un pequeño espacio donde el niño tenga una mesa bajita con alguna silla y diferentes actividades a las que pueda acceder sin problema y donde colocar los juguetes y juegos que más utilice. Asimismo, también podría disponer de alguna estantería para colocarle en diferentes cestos o bandejas actividades que le podríamos presentar o que el pudiera escoger.
Algo que es muy importante para el menor en lo que respecta al método Montessori, es tener un espejo en el que mirarse siempre antes de salir de casa para que se vea y vea cómo está. Eso es algo que le va a aportar dignidad al niño y es muy importante para su desarrollo personal.