ESPEJO MONTESSORI 【2021】- Metodología Montessori

En esta página vamos a hablar sobre la importancia y beneficios de tener un espejo Montessori en la habitación de nuestro hijo, ya que es uno de los elementos más característicos de los ambientes Montessori. Estos espejos son unos elementos indispensables para el bebé durante sus primeros años de vida.

Disponer de un espejo a la altura del suelo y al lado de una alfombra o colchón permite que el bebé pueda mirarse a si mismo y observar toda la habitación. A su vez, el espejo refleja la luz del día y le ayuda a observar los movimientos que él mismo realiza. Hay que aclarar que en estos momentos el bebé todavía no se reconoce, pero su cara le resulta familiar y explorará la relación con la imagen que ve proyectada y sus propios movimientos. Esta respuesta le animará a seguir moviéndose y explorar sus movimientos.

Es importante que el espejo esté en el AMBIENTE DIURNO. Este lugar será sencillo, con algunos estímulos simples adecuados al bebé, un colchón y un espejo.

BENEFICIOS DEL ESPEJO MONTESSORI

Este elemento permitirá al niño formarse un autoconcepto de sí mismo, y poder ir observando y explorando su cuerpo y sus movimientos.

A su vez, estimula el movimiento del bebé ya que ve a través del espejo el entorno que le rodea y a nosotros en todo momento. Por lo que aprende a moverse observando nuestros movimientos y ver los suyos le sirve como guía.

También ayuda a desarrollar el sentido de la lateralidad. La lateralidad es la preferencia que todos tenemos por utilizar una parte de nuestro cuerpo. Uno de los ejemplo más claros es el uso de una mano por encima de la otra, así encontramos personas diestras o zurdas, pero también ambidiestras.

Mediante el espejo puede observar todos los rincones del ambiente y, además, es un estímulo para que el bebé empiece a levantar la cabecita.

DÓNDE COLOCAR EL ESPEJO MONTESSORI

Lo ideal sería que el bebé tenga desde que nace un lugar en el ambiente diurno adaptado para que se pueda mover libremente (obviamente siempre vigilado) en los momentos en los que esté despierto y receptivo.

Esta zona de movimiento para el bebé debe de ser abierta, luminosa y desde la que el bebé pueda visualizar bien el ambiente de la habitación. En este rincón podríamos colgar algún móvil Montessori, y tener a su alcance algunos estímulos.

Estos juguetes es mejor que sean sencillos y adecuados a sus habilidades, ya que de esta manera podrá controlarlos y con sus movimientos cumplirá los objetivos del material. El bebé al ver que puede manejarlos no se frustrará y le animará a seguir moviéndose y experimentando con ellos.

DISPOSICIÓN DEL ESPEJO POR ETAPAS

- Desde el nacimiento hasta que empiece a sentarse:
  - El espejo debe de estar al ras del suelo.
  - El bebé debe poder verse en él desde su posición en el colchón.
- Desde que el bebé es capaz de sentarse:
  - Se le puede añadir una barra en horizontal, que esté a la altura de los hombros del bebé estando de pie. La barra le ayudará a mantenerse en pie.
- Cuando el bebé empieza a mantenerse de pie:
  - Valorar si subir el espejo a la altura del niño.
  - Lo ideal sería que se pueda ver de cuerpo entero.
- Cuando el niño puede caminar y comienza a crecer:
  - Cambiar el espejo a una posición vertical y situarlo justo al lado de su armario para que pueda verse entero.

CONSEJOS DE SEGURIDAD PARA LA INSTALACIÓN DEL ESPEJO

Si vais a poner un espejo en la zona de actividades hay que tener en cuenta dos aspectos de seguridad muy importantes.

A la hora de escoger un espejo nos deberíamos decantar por un espejo irrompible. Como todos sabemos los espejos convencionales pueden rajarse con facilidad ante cualquier golpe y esto representaría un importante peligro. Sin embargo, estos espejos de seguridad son fiables porque disponen de una película por encima que no permitirá que el espejo se resquebrajase.

Por otro lado, sería conveniente que el espejo estuviese atornillado a la pared por sus cuatro esquinas, con algún sistema que no permitiese al bebé moverlo de ninguna manera. No es seguro dejar el espejo apoyado en la pared, o sólo anclarlo por sus dos extremos superiores, porque el bebé lo podría mover y se le podría caer encima.